In summary
Una coalición de alcaldes está promoviendo los ingresos garantizados que mejorarían el sustento de muchos niños y familias de California.

Por Shimica Gaskins, Especial para CalMatters
Shimica Gaskins es la directora ejecutiva del Children’s Defense Fund-California, una organización de defensa de la infancia, sgaskings@childrensdefense.org.
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A lo largo de su infancia, Samantha Galindo recuerda cómo su papá llegaba exhausto de sus múltiples trabajos.
Durante cinco años, ella trabajó con él limpiando oficinas de 5 p.m. a 10 p.m, haciendo su tarea en el autobús, en los descansos o luego de regresar a casa. Ellos tenían pocas opciones. Sin el trabajo, ellos no podían pagar la renta y otras necesidades en el garaje convertido donde alguna vez vivieron.
La situación de Samanta no es la única. Millones de negros, indígenas y personas de color – BIPOC – están sobrerrepresentados en los sectores de bajos salarios que tienen más probabilidades de no ofrecer licencias por enfermedad o beneficios para la salud. La situación actual es todavía más grave. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado las desigualdades sociales, económicas y raciales que padecen las familias negras y morenas.
Una coalición de alcaldes de todo el país recientemente anunció a los Mayors for a Guaranteed Income, promoviendo el ingreso básico universal para asegurar que todos los estadounidenses tengan ingresos básicos. Sería una solución política muy necesaria que directamente cambiaría el sustento de muchos niños y familias de California.
El Alcalde Eric Garcetti de Los Ángeles es uno de los varios alcaldes de California que se unieron a la red. Los alcaldes de Compton, Long Beach, Stockton y Oakland también están comprometidos para terminar con la inseguridad económica al defender los ingresos garantizados en los niveles local, estatal y federal.
El compromiso de Garcetti tiene el potencial de tratar las desigualdades raciales de riqueza que han existido durante mucho tiempo en Los Ángeles. Según el informe de Color of Wealth in Los Angeles, las diferencias étnicas y raciales en el valor neto muestran que los hogares estadounidenses de personas negras y mexicanas tienen el 1% de la riqueza de las personas blancas de Los Ángeles – o 1 centavo por cada dólar de riqueza que tienen los hogares de personas blancas en el área metropolitana. De hecho, los hogares de personas blancas en Los Ángeles tienen una riqueza promedio neta de $335,000, mientras que los mexicanos y los negros tienen una riqueza promedio de $3,500 y $4,000, respectivamente. Lamentablemente, estas brechas de riqueza son similares en todo el estado.
Si bien la política de ingresos garantizados podría ayudar a reducir la pobreza y las brechas de riqueza, está lejos de proporcionar a las familias cualquier forma de riqueza. La riqueza le permite a uno pensar en hacer compras más allá de sus necesidades. La riqueza significa tener un hogar en un barrio agradable y seguro con escuelas de calidad; la riqueza permite comer comidas extravagantes de restaurantes agradables; la riqueza significa tener la matrícula universitaria.
Al promover una política con ingresos garantizados, Children’s Defense Fund-California y otros están previendo un apoyo monetario que permitirá tener la sensación de seguridad. El ingreso garantizado significa una noche sin pensar cómo pagar la renta; el ingreso garantizado permite tener la capacidad de comprar y preparar una comida saludable para tu familia; el ingreso garantizado significa la sonrisa en el rostro de un niño cuando ve una nueva prenda de vestir o un nuevo par de zapatos.
Samantha dijo que un ingreso garantizado de $500 a $1,000 por mes sería equivalente a uno de los trabajos de su papá.
“Ahora mismo tiene cuatro trabajos, a veces cinco,” dijo ella. “Literalmente le quitaría un trabajo completo a mi papá, lo que le permitiría tener un descanso, algo de tiempo para cuidar de sí mismo y su salud porque está en una edad en la que no debería trabajar como lo hace”.
Samantha, que ahora tiene 19 años, dijo que también le daría tranquilidad mental. Además de atender sus propias necesidades, él está trabajando para ayudarle a ir a la universidad, y a ella le preocupa el estrés que eso puede causarle.
“Sé cuán duro trabaja,” dijo Samantha, que está ingresando a su segundo año en la University of California, Berkeley.
El ingreso garantizado proporcionaría recursos financieros adicionales para las familias trabajadoras, ayudándolas a estabilizar sus hogares de maneras muy concretas. Las familias que viven en barrios empobrecidos tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades mentales, enfermedades crónicas y una menor expectativa de vida. Debemos dar este paso audaz para levantar económicamente a las familias más vulnerables de California y para ayudar a hacer que las comunidades sean más saludables para todos.
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