In summary
Ya tambaleándose por la pandemia del coronavirus, escuelas de zonas rurales como la Bonny Doon deben ahora enfrentarse a los incendios forestales y problemas relacionados, tales como apagones, mala calidad del aire e infraestructura de Internet dañada.
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Kristie Summerrill inmediatamente comenzó a enviar mensajes de texto a los padres de sus alumnos de kindergarten para comprobar si estaban a salvo, ya que los incendios del complejo por tormentas eléctricas CZU forzaron a que se realicen evacuaciones masivas en Bonny Doon, una comunidad rural al noroeste de Santa Cruz, donde la escuela primaria había comenzado recientemente las clases en línea.
Muchas de las familias de sus alumnos, algunas de las cuales habían perdido sus casas en el incendio forestal, se refugiaron en el Chaminade Resort & Spa de Santa Cruz, según dijo una madre a Summerrill. Así que la maestra y su esposo condujeron su camioneta hasta el hotel armados con siete bolsas llenas de bocadillos, agua, comida, juegos y suministros, sin estar seguros de si esto sería de alguna ayuda o consuelo para las familias sin hogar.
“En el momento en que ella (la madre) abrió la puerta y me vio allí parada con esas bolsas, se me abrazó”, dijo Summerrill, con la voz entrecortada.
En California, docenas de escuelas están lidiando con incendios forestales masivos que han alterado la vida y la educación de decenas de miles de alumnos que ya sufrían los efectos de la pandemia mundial.
Los aproximadamente 625 incendios que arden en todo el estado han destrozado los récords anteriores debido a su grado de devastación y han causado que instituciones comunitarias, como las escuelas públicas, se tengan que ocupar de los efectos residuales. Aunque la gran mayoría de las escuelas de California siguen físicamente cerradas, los incendios que se han producido en varios condados del estado han obligado a las escuelas a cancelar las clases a distancia, han detenido los planes de distribución de equipos tecnológicos y suministros necesarios y han retrasado el primer día de instrucción en algunas escuelas.
Los incendios forestales han ocasionado un gran impacto en las escuelas de California en los últimos seis años, pero nunca a este grado, tan temprano en el año académico. Más de 70,000 alumnos de California han sido afectados por interrupciones temporales a la enseñanza a distancia, según un recuento de CalMatters. Algunas escuelas en las zonas afectadas aún no han comenzado su primer día de instrucción.
Muchos alumnos y profesores han evacuado temporalmente sus comunidades. Un número desconocido de ellos ha perdido sus hogares, sumándose a los aproximadamente 8,000 educadores y niños de California desplazados por incendios desde 2015.
En los condados de Sonoma y Lake, las escuelas y comunidades afectadas repetidamente por incendios e inundaciones tuvieron que cancelar una vez más las clases en medio de las órdenes de evacuación.
Las escuelas del condado de Solano, también afectadas por las evacuaciones, cancelaron las clases. Algunas escuelas tampoco pudieron distribuir computadoras para la enseñanza a distancia porque no tenían suficientes mascarillas N95 para proteger a los empleados del peligroso humo que cubrió el aire en varios condados del área de la Bahía.
En Bonny Doon, Summerrill y sus alumnos de kindergarten y de transición habían empezado el proceso introductorio de los niños a la escuela apenas tres días antes — aprendiendo la conducta adecuada en Zoom, cómo relacionarse — cuando se suspendieron las clases.
En primer lugar, los apagones y las tormentas eléctricas que se produjeron en Bonny Doon causaron interrupciones en los servicios de electricidad y de Internet, imposibilitando la educación a distancia para ese plantel educativo de 160 alumnos.
Y fue entonces cuando llegaron los incendios.
“Los niños están confundidos porque pasamos tres días en línea en nuestras reuniones de Zoom, y ahora eso ha desaparecido”, dijo Summerrill sobre sus pequeños. “Ahora, se están quedando en las casas de los amigos o en hoteles. No entienden por qué no hay clases en este momento”.
Mientras tanto, las instalaciones vacías de las escuelas preparatorias del Distrito Unificado de Vacaville, un distrito de 13,500 alumnos, se convirtieron en centros de evacuación mientras la gente huía de los incendios que conformaron el complejo de incendios por tormentas eléctricas LNU. James Buescher, subdirector de la Buckingham Charter Magnet High School de Vacaville, organizó un evento de recaudación de fondos en línea para la directora de la escuela, quien perdió su casa en el incendio y está coordinando donaciones de tarjetas de regalo para dos alumnos que también perdieron las suyas.
“Los niños están confundidos porque pasamos tres días en línea en nuestras reuniones de Zoom, y ahora eso ha desaparecido. No entienden por qué no hay clases en este momento”.
KRISTIE SUMMERRILL, MAESTRA DE KINDERGARTEN DE BONNY DOON
Aunque las clases en el distrito se reanudaron en línea el lunes, varios alumnos de Buckingham podrían estar sin acceso fiable a Internet durante al menos un mes, debido a que los incendios quemaron algunas torres de telefonía móvil justo fuera de los límites de la ciudad, dijo Buescher. En respuesta, el distrito ha ordenado más puntos de acceso y está explorando maneras de traer de vuelta a los alumnos afectados al campus para que hagan educación a distancia.
“Si me hubieras dicho hace un año cómo sería este año, me habría reído”, dijo Buescher.
En el distrito vecino de Fairfield-Suisun, los incendios y la calidad del aire peligrosa para la salud han hecho retroceder las actividades de distribución de computadoras a los alumnos, ya en múltiples ocasiones, indicó Tim Goree, director ejecutivo de Fairfield-Suisun de servicios administrativos y participación comunitaria.
El distrito solo cuenta con 330 mascarillas N95, lo que Goree dijo era una cantidad insuficiente para proteger a los empleados en el frente de distribución, y al mismo tiempo las raciona en caso de que se reanude la instrucción en persona.
“Cuando se combinan todas estas cuestiones — la COVID-19, los incendios y la calidad del aire — resulta casi imposible lograr algunas cosas”, dijo Goree.
La escuela Bonny Doon permanece intacta por los incendios, en gran parte gracias a los esfuerzos de los “héroes de la comunidad” que se unieron para proteger el campus de las llamas, dijo Mike Heffner, el director y superintendente. Un camión cisterna se encuentra fuera del campus en caso de que los cambios en los vientos representen una nueva amenaza para la escuela.
En los días posteriores a la evacuación, Heffner, Summerrill y otros maestros han estado llamando y enviando mensajes de texto a las familias, tratando de dar cuenta de la seguridad de todos y contando cuántos han perdido sus hogares. La instrucción en Bonny Doon, la que se había detenido temporalmente el año pasado debido a los cortes del servicio de electricidad por la seguridad pública, se retrasará al menos hasta el 31 de agosto. Heffner, sin embargo, dijo que no está seguro de cuándo se reanudarán las clases, sea en línea o en persona, señalando que los edificios de la escuela probablemente han sufrido importantes daños por el humo “lo que los volverá inhabitables por un tiempo”.
Es probable que muchos alumnos tengan que reemplazar sus computadoras, dijo Heffner, instando al público a donar a la fundación comunitaria de la escuela.
“Vamos a retornar más fuertes, pero no creo que vaya a suceder tan rápido como alguno de nosotros espera”, dijo Heffner.
“Es inconcebible lo que les hemos hecho a los jóvenes. No es su culpa, y estamos destruyendo su planeta”.
HOLIDAY SMITH, MAESTRA DE SEXTO GRADO EN BONNY DOON
Holiday Smith, una maestra de sexto grado en Bonny Doon, se apresuró a evacuar a su familia, caballos, mascotas y pollos “a la vista de llamas muy altas y enormes” desde sus hogares en Last Chance, una remota área no incorporada más al noroeste de Bonny Doon.
En el centro de evacuación del recinto ferial de Watsonville, Smith ha intentado comunicarse con sus alumnos. Ella y otro profesor perdieron sus casas. Smith está sorprendida por la resiliencia que ha visto en sus alumnos, pero le preocupa cómo los desastres afectarán su salud mental. Durante más de cinco meses, los alumnos de Bonny Doon han estado alejados de sus maestros y de los demás.
Más tarde en el año escolar, el plan de estudios de Smith incluía planes para enseñar a sus alumnos de sexto grado sobre el cambio climático y los impactos humanos en el medio ambiente. Ahora, Smith y sus alumnos están experimentando las realidades de ese plan de estudios.
“Es inconcebible lo que les hemos hecho a los jóvenes. No es su culpa, y estamos destruyendo su planeta”, dijo Smith. “Tengo 42 años, me queda mucha vida por delante. Pero, pienso en mis alumnos y pienso en lo que van a pasar toda su vida, su vida con la crisis (del cambio climático) que hemos creado y no parece que exista la urgencia que debería haber para combatirla”.
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