In summary
Aunque el estado distribuyó millones de mascarillas N95, muchos trabajadores agrícolas dicen que no las recibieron durante los recientes incendios forestales. Pocos presentan quejas, temiendo represalias del empleador.
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La disponibilidad de las mascarillas N95 para los trabajadores agrícolas se veía tan nublada como el cielo naranja de California esta semana.
Las mascarillas respiratorias son el escudo más eficaz contra el aire tóxico para los trabajadores que tienen que permanecer al aire libre mientras los incendios forestales arrasan el Estado Dorado. Pero los grupos de trabajadores agrícolas informaron que los trabajadores prácticamente no tienen mascarillas, mientras que el estado y los grupos de agricultura dicen que han distribuido millones.
Hasta el jueves, la Oficina de Servicios de Emergencia de California, junto con el Departamento de Alimentos y Agricultura de California han enviado cerca de 3.27 millones de mascarillas N95 a los comisionados de agricultura en 35 condados y más de 13 millones de mascarillas de tela y quirúrgicas, según el portavoz del CDFA Steve Lyle.
La Comisionada de Agricultura de Fresno, Melissa Cregan, dijo que, a través de organizaciones asociadas, el condado ha distribuido 443,230 mascarillas N95 a los cultivadores y contratistas de mano de obra agrícola. Aseguró que las mascarillas son exclusivamente para los empleadores, a fin de ayudarles a cumplir con el mandato del estado de que pongan las mascarillas a disposición de los empleados de forma gratuita si el índice de calidad del aire de material particulado de 2.5 supera los 151.
Según el mismo estatuto, los trabajadores están obligados a llevar mascarillas si el ICA supera los 500.
Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, cualquier nivel por encima de 150 no es saludable para la población en general, no sólo para los grupos sensibles. El ICA ha superado eso en muchas áreas, y el Distrito Aéreo del Valle ha advertido a todos los residentes que permanezcan en sus casas.
Mi pregunta es, ¿a dónde diablos las están destinando?
ARMANDO ELENES, SECRETARIO TESORERO DE la Unión de Campesinos de America
En una encuesta en Facebook que realizó el miércoles Armando Elenes, Secretario de la Unión de Campesinos de America, 335 trabajadores agrícolas dijeron que no habían recibido una mascarilla N95, mientras que 31 personas dijeron que sí la habían recibido. Eso es aún peor que cuando realizó una encuesta similar entre 330 trabajadores del campo el 21 de agosto, cuando el estado recién comenzaba a distribuir mascarillas, y 278 trabajadores, o el 84%, dijeron que no habían recibido una mascarilla N95.
“Mi pregunta es, ¿a dónde diablos las están destinando?” cuestionó Elenes.
Irene de Barraicua, portavoz del grupo estatal de trabajadores agrícolas Líderes Campesinas, también dijo que en el Valle de San Joaquín y en todo el estado persiste “una gran necesidad” de mascarillas.
La desconexión entre los grupos de trabajadores y los grupos industriales puede ser política: los grupos industriales quieren ser reconocidos como figuras positivas, mientras que los grupos de trabajadores buscan más recursos. Pero ambos lados admiten que el programa estatal carece de un mecanismo sólido para rastrear dónde termina cada dispositivo de filtración de aire de un solo uso.
Los trabajadores agrícolas de California trabajan con un aire poco saludable
Carina no pudo recuperar el aliento. Sentía que había estado corriendo.
La trabajadora agrícola estaba quieta de pie, pero inhalaba el polvo de las hojas de parra que estaba sacando y el humo de los incendios forestales que asolaban California. En ese momento, a finales de agosto, el índice de calidad del aire de material particulado de 2.5 en Delano, cerca de Bakersfield, zona donde trabaja, superaba los 160. Desde entonces, el índice de calidad del aire ha superado varias veces 151 en esa zona, y aún no ha recibido una mascarilla.
Carina pidió que la identificaran por su primer nombre porque temía represalias de su empleador.
Dijo que su supervisor, que responde a un contratista de trabajo agrícola empleado por Hronis, Inc. tenía una caja llena de mascarillas N95 que ayudan a filtrar el aire sucio. Pero según le dijeron, las mascarillas sólo se distribuirían si un inspector visitaba los campos. Quería presentar una queja, pero dijo que temía represalias.
“Es difícil”, le dijo a The Bee en agosto. “Es como si no pensaran que somos seres humanos”.

Pete Hronis, vicepresidente sénior de ventas y marketing del mayorista de frutas, dijo a The Bee que cada trabajador recibió una mascarilla y los contratistas les enseñaron a usarlas. Aseguró que desde el principio del período de mala calidad del aire ha habido mascarillas a disposición y que los trabajadores firmaron un contrato en el que confirmaban que habían recibido capacitación en el uso de mascarillas.
“Me preocupo mucho por todos nuestros empleados”, dijo.
No resulta fácil cumplir con las regulaciones estatales sobre calidad del aire cuando se produce la terrible combinación de una brutal temporada de incendios forestales con una pandemia que ha agotado el suministro mundial de mascarillas N95. Pero han pasado semanas desde el primer segmento del período calidad del aire peligrosa, y muchos empleadores no han podido controlar la situación, señaló de Barraicua. Considera que la falta de comunicación entre los comisionados de agricultura y los cultivadores podría ser responsable de esto.
“Lo que sabemos es que necesitas tener un plan de distribución y acción. Si no lo tienes y esperas que los cultivadores y los contratistas de mano de obra vayan a recogerlas, entonces nada va a pasar”, dijo. De Barraicua añadió que son notorios los problemas de comunicación entre los contratistas y los comisionados de agricultura.
En el condado de Fresno, grupos de agricultores como la Oficina de Granjas del Condado de Fresno establecieron más de una docena de días de distribución, en los que los cultivadores y los contratistas pudieron recoger mascarillas, según el director general Ryan Jacobsen.
“Los empleadores de todo el condado han venido hasta aquí lo más rápido posible para asegurarse de recibir mascarillas para sus empleados”, dijo Jacobsen. “He escuchado muchas historias de éxito en medio de la imposibilidad de tratar de encontrarlas en este momento. Antes de que se proporcionara esta asignación, realmente teníamos muy pocas maneras de cumplir con los reglamentos porque no había N95”.
El cumplimiento del uso obligatorio de mascarillas por COVID-19 recae en Cal-OSHA
Jacobsen dijo que no se había enterado de trabajadores agrícolas que no tuvieran o a quienes les vendieran mascarillas. Aseguró que los empleadores presentan un formulario ante la Oficina de Granjas que tiene el nombre de la operación y la cantidad de empleados que trabajan a la intemperie con mala calidad de aire o están expuestos a pesticidas, y reciben cinco mascarillas por empleado. También firman un contrato en el que se establece que no se venderán ni redistribuirán las mascarillas.
Cregan, del condado de Fresno, dijo que se había enterado de informes de empleadores que cobraban a los empleados por las mascarillas o no las proporcionaban. Ella cree que esos son “un puñado de casos aislados”.
Según Lyle, del CDFA, el cumplimiento de las normas de uso obligatorio de mascarillas durante los períodos de mala calidad del aire recae en la Cal/OSHA, la agencia estatal también responsable de asegurar el cumplimiento de las regulaciones por la COVID-19 y la seguridad general del lugar de trabajo.
Es una tarea difícil para una agencia que ya está utilizando sus recursos al máximo, admitió Cregan.
“Todos los organismos reguladores se encuentran en la misma situación”, dijo. “Tenemos mucho por regular y los recursos para hacerlo no alcanzan. En tal circunstancia, hay que empezar a crear prioridades”.
En los seis meses de la pandemia, Cal/OSHA ha multado a un total de 11 empleadores por no proteger a los empleados de la exposición a la COVID-19, según un comunicado de prensa del departamento de relaciones industriales del estado. La lista excluye múltiples lugares de trabajo donde los empleados han muerto a causa del virus, como Foster Farms en Livingston.
El portavoz de Cal/OSHA, Frank Polizzi, dijo a The Bee que recibieron 21 quejas entre el 21 de agosto y el 8 de septiembre relacionadas con el humo de los incendios forestales, “incluyendo quejas sobre la exposición a una calidad de aire insalubre en lugares de trabajo en interiores y al aire libre, y la falta de protección respiratoria adecuada”.
Como resultado de ello, abrieron 20 investigaciones de quejas contra empleadores que pertenecen a los sectores de la agricultura, restaurantes, comercio minorista, almacenes y centros de atención de salud.
“La realidad es que el 70% de los trabajadores no son ciudadanos. Temen que haya represalias”.
ANA PADILLA, DIRECTORA EJECUTIVA DEL CENTRO COMUNITARIO Y LABORAL DE LA UC MERCED
“Se están llevando a cabo las investigaciones y gracias a estas Cal/OSHA puede ponerse en contacto con el empleador para asegurarse de que se estén aplicando los procedimientos adecuados para proteger a los trabajadores”, dijo Polizzi.
Ana Padilla, directora ejecutiva del Centro Comunitario y Laboral de la Universidad de California en Merced, dijo que la cantidad de quejas “sería sin duda mayor si los trabajadores no temieran perder su trabajo o que no los volvieran a contratar por informar sobre un incumplimiento en el lugar de trabajo”.
Padilla dijo que los trabajadores pueden presentar quejas anónimas a Cal/OSHA, pero a menudo tienen que pasar por un arduo proceso, lo que no garantiza que se preserve su identidad y sus empleadores no puedan reconocerlos.
“Hay una desconexión entre el proceso y la realidad”, añadió. “Y así la realidad es que el 70% de la fuerza de trabajo no es ciudadana. Hay temor a las represalias”.
“La temporada de incendios forestales acaba de empezar” en medio de la época de cosecha de California
Madeline Harris, defensora de políticas que trabaja en estrecha colaboración con los trabajadores agrícolas en el Consejo de Líderes para la Justicia y la Responsabilidad, sugirió que las autoridades pongan las mascarillas a disposición de los trabajadores agrícolas directamente como medida para evitar a los empleadores y supervisores corruptos. Ella y varias organizaciones comunitarias han recibido solicitudes de mascarillas de los trabajadores.
Dijo que no había suficientes mascarillas para abastecer tanto a los individuos como a los empleadores por separado, e incluso aunque las organizaciones comunitarias se encargaran de la distribución, “no se evitaría el problema”.
“No tienen la capacidad de llegar al 100% de la población de trabajadores agrícolas. Nadie puede”, añadió.
De Barraicua, de Líderes Campesinas, estuvo de acuerdo. Dijo que su organización estaba recibiendo llamadas del comisionado de agricultura del condado con respecto a distribuir mascarillas de tela “como regalo”.
Comentó que la organización se encargó de distribuir mascarillas, pero no es un trabajo fácil, y el estado no ha ayudado con el costo del millaje. Muchos de los voluntarios son también trabajadores agrícolas, agregó.
“Dependes de los mismos indocumentados a quienes los están privando de mascarillas”, destacó.
A Elenes le preocupa que la situación tan sólo va a empeorar.
“La temporada de incendios acaba de empezar”, afirmó.
Carina, la trabajadora agrícola del condado de Kern, dijo que no hay mucho que pueda hacer porque no puede conseguir una mascarilla N95. En cambio, espera ayudar a su hijo de 19 años, que acaba de graduarse de la escuela preparatoria, a obtener un título universitario.
“Quiero que esté consciente porque las cosas siempre van a ser así. Como trabajadores agrícolas, seguimos esperando lo mínimo, y nunca llega”.
Este artículo forma parte del proyecto California Divide, una colaboración entre salas de redacción que examinan los temas de la desigualdad de ingresos y la supervivencia económica en California.
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