In summary

Los proyectos de ley en la Legislatura harían que la comida escolar fuera accesible para todos los estudiantes y proporcionarían incentivos para comidas más saludables a base de plantas.

Read this article in English.   

Profile Image

Por Kari Hamerschlag

Kari Hamerschlag es subdirectora del Programa de Alimentación y Agricultura de Friends of the Earth, khamerschlag@foe.org.

Profile Image

Christopher D. Cook, Especial para CalMatters

Christopher D. Cook es un autor, periodista galardonado y consultor de Friends of the Earth, christopherdcookwritereditor@gmail.com.

Mientras las escuelas de California se preparan para reabrir, proteger la salud de los niños debe ser una prioridad absoluta. Una forma sorprendente de lograr esto, junto con los rigurosos protocolos COVID-19, es hacer que la comida escolar sea más accesible y saludable. Dos proyectos de ley en la Legislatura estatal brindan un refuerzo en esa dirección. 

Una medida, el Proyecto de ley del Senado 364, convertiría a California en el primer estado en brindar acceso universal a las comidas escolares. El otro, Proyecto de Ley 558 de la Asamblea, proporcionaría incentivos para comidas a base de plantas más saludables. El acceso y la calidad de la nutrición son esenciales para fortalecer la salud de los niños durante la pandemia y más allá.  

A pesar de las mejoras en la última década, un nuevo reporte de Friends of the Earth encuentra que las comidas más ofrecidas incluyen alimentos ultraprocesados y de comida rápida como nuggets de pollo, hamburguesas con queso, pizzas de carne, perritos calientes y sándwiches de fiambres. Al analizar más de 1300 entradas para el almuerzo en los 25 distritos escolares más grandes de California, el informe encontró que 94% de las entradas para el almuerzo escolar incluyen carne y lácteos, y 16% de las comidas incluyen carnes procesadas consideradas cancerígenas por la Organización Mundial de la Salud; solo 4% son de origen vegetal.

Estas comidas centradas en la carne y los lácteos están fuera de sintonía con las principales guías de salud pública en torno a una alimentación saludable. La Asociación Médica American, la Sociedad Americana Contra El Cáncer y la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard instan a un mayor consumo de alimentos de origen vegetal y menos carne, especialmente carne procesada. Incluso las Pautas Dietéticas para estadounidenses del USDA 2020-25, un documento destinado a orientar los patrones de alimentación escolar, ha vinculado la carne roja y procesada con resultados perjudiciales para la salud.

Los trabajadores dedicados al servicio de alimentos escolares hacen todo lo posible para alimentar a nuestros niños, pero el programa USDA Foods brinda acceso rápido y de bajo costo a productos cárnicos y lácteos industriales procesados y subsidiados que los distritos escolares con problemas de liquidez no pueden resistir. Este alimento del USDA artificialmente barato beneficia principalmente a empresas gigantes como Tyson Foods, con sede en Arkansas, y dificulta la competencia de los agricultores y ganaderos sostenibles de California.

Este exceso de carne y productos lácteos de granjas industriales en las comidas escolares puede tener un precio de etiqueta bajo, pero los costos para la salud pública son inaceptables, especialmente para los niños de bajos ingresos y de color que dependen del almuerzo escolar como principal fuente de nutrición. Los niños negros y marrones, que enfrentan niveles crecientes de diabetes y tienen una tasa de obesidad tres veces más alta que la de los niños blancos en California, estarían mucho mejor servidos con comidas frescas, saludables y de origen vegetal.

El cambio a alimentos de origen vegetal con menos carbono también beneficiaría a nuestro futuro medioambiental y climático. Como documenta el informe de Friends of the Earth, los productos de origen animal, que dependen de grandes cantidades de pesticidas, fertilizantes y agua, comprenden 96% de la huella de carbono de todos los productos de USDA Foods comprados por las escuelas de todo el estado. 

Si todos los distritos escolares de California reemplazaran una hamburguesa de carne con una hamburguesa de frijoles negros solo una vez al mes, eso reduciría casi 222 millones de libras de emisiones de carbono, lo que equivale a no quemar 11.4 millones de galones de gasolina o sacar 22,000 autos de la carretera cada año. 

A medida que las escuelas de California emergen del congelamiento de la pandemia, los legisladores estatales y federales tienen la oportunidad de mejorar la calidad y sostenibilidad de las comidas, generando un triple beneficio para la salud de los niños, los agricultores y nuestro clima. 

El Congreso debe ayudar a reformar USDA Foods y el Programa Nacional de Almuerzos Escolares en la próxima Reautorización de Nutrición Infantil. Los legisladores de California pueden hacer su parte al aprobar SB 364 y AB 558 para brindar incentivos para las comidas a base de plantas. California también debería seguir financiando la iniciativa de Farm to School de $10 millones promovida por la primera socia, Jennifer Siebel Newsom. Este programa educa a los niños sobre la alimentación y la agricultura, y permite a las escuelas obtener alimentos más sostenibles de los agricultores locales. 

Dado que la salud pública es primordial, debemos priorizar la nutrición y la salud a largo plazo de todos los niños. Nuestras escuelas públicas y la comida que sirven son fundamentales para esa tarea. Transformemos la comida escolar para que nutra la salud de los niños y cree nuevas oportunidades para los agricultores y un mejor futuro climático.


Síganos en Twitter y Facebook.


Siga nuestro canal RSS para artículos en español.


CalMatters.org es una organización de medios de comunicación sin fines de lucro, no partidista, que explica las políticas públicas y los temas políticos de California.

We want to hear from you

Want to submit a guest commentary or reaction to an article we wrote? You can find our submission guidelines here. Please contact CalMatters with any commentary questions: commentary@calmatters.org