En resumen

Al priorizar oficialmente el trabajo a tiempo parcial como una forma de que los estudiantes paguen la universidad, la UC se acercó a su objetivo de que los estudiantes eviten préstamos onerosos para 2030.

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La Universidad de California promete ofrecer a sus estudiantes universitarios de California una experiencia universitaria libre de deudas para 2030 como parte de una revisión de cómo el sistema ve la asequibilidad universitaria.

Para llegar allí, el sistema de 230,000 estudiantes que buscan títulos de licenciatura depende de una combinación de apoyo estatal y federal, ingresos de los recientes aumentos de matrícula y estudiantes que trabajan a tiempo parcial para cubrir el costo total de la educación. Los estudiantes de hogares más ricos también dependerían del apoyo de los padres.

El jueves, la Junta de Regentes dio otro paso hacia esa meta libre de deudas al votar para priorizar el trabajo a tiempo parcial sobre los préstamos como parte de la política oficial de ayuda financiera de la UC. El cambio es sutil, pero es otro ejemplo más de la señal de la UC de que sus estudiantes deberían poder obtener una licenciatura sin la necesidad de pedir prestado en los próximos años.

“El resultado preferido de nuestra estrategia de ayuda financiera es que los estudiantes puedan pagar su educación a través de oportunidades de trabajo a tiempo parcial disponibles para ellos y minimizar los préstamos estudiantiles”, dijo Michael Brown, rector de todo el sistema de la UC, en la reunión de Regentes de la UC del miércoles.

Debido a que más de la mitad de los estudiantes de pregrado en UC State no pagan la matrícula debido a la ayuda financiera que reciben, el movimiento de universidades gratuitas ha ampliado su alcance para incluir gastos no académicos que aún son vitales para la educación de un estudiante, como vivienda, transporte y comida.

Todos esos gastos se suman. Poco más de la mitad de los estudiantes residentes se gradúan de la UC con créditos estudiantiles, acumulando un promedio de $18,800 en deuda. Es una cifra que está muy por debajo del promedio nacional, pero sigue siendo un problema para los prestatarios. Un análisis de CalMatters descubrió que los estudiantes de bajos ingresos que reciben ayuda federal también obtienen préstamos, en montos que van desde $11,000 a $16,000 típicamente.

A principios de año, la UC comentó que otorgaría ayuda adicional a 6,000 estudiantes de bajos ingresos este otoño para que pudieran evitar los préstamos.

La meta que el sistema busca lograr para 2030 depende en gran parte del cumplimiento por parte de los legisladores de California y el gobierno federal.

Se espera que la Legislatura estatal y el gobernador Gavin Newsom inviertan $632 millones este año como parte del pago inicial de una subvención libre de deuda que los expertos dicen que eventualmente costará $2.6 mil millones. Una vez financiada por completo, se supone que la subvención les dará a los estudiantes suficiente dinero para cubrir el costo total de la asistencia después de considerar el apoyo de los padres, el trabajo a tiempo parcial y la subvención.

Los estudiantes de bajos ingresos cuyas familias no pueden darse el lujo de ayudar con la universidad tendrán que contribuir con alrededor de $8,000 anuales a su educación, que pueden recaudar trabajando 15 horas a la semana durante el año escolar. Dónde pueden encontrar estos trabajos es una pregunta abierta, pero los legisladores y el gobernador el año pasado lanzaron un fondo de $500 millones para crear oportunidades de trabajo a tiempo parcial para estudiantes de bajos ingresos que asisten a colegios y universidades públicas del estado.

Los estudiantes de hogares de mayores ingresos también podrán evitar pedir préstamos, pero sus familias proporcionarán dinero para su educación según una fórmula federal. Se espera que esos estudiantes también trabajen a tiempo parcial.

No hay un cronograma para financiar completamente la subvención libre de deuda. Sin embargo, el Senado quiere comprometer más dinero por adelantado y financiar completamente el programa para 2025-26 como parte del acuerdo presupuestario que vence el 15 de junio.

La nueva subvención libre de deudas que los legisladores llaman Beca para la Clase Media 2.0, es clave para las metas libres de deudas de la UC.

Ese objetivo “depende de las becas que la Legislatura aprobó el año pasado y el financiamiento total de eso”, explicó está semana Seija Virtanen, directora de relaciones presupuestarias estatales de la UC durante una reunión del subcomité de presupuesto de la Asamblea.

Por su parte, la UC desviará el 45% de sus ingresos de sus recientes aumentos de matrícula hacia la ayuda financiera para estudiantes, un aumento del 33%. También hay un acuerdo en el que Newsom promete un aumento anual del 5% en la financiación de la educación para la UC a cambio de promesas clave sobre la asequibilidad y el éxito de los estudiantes. Esos aumentos de fondos aún necesitan la aprobación legislativa.

En un análisis realizado por funcionarios de la UC en agosto pasado y compartido con CalMatters esta semana, el sistema proyecta recaudar $333 millones adicionales para 2029-30 para su programa de becas de pregrado a través de los aumentos de matrícula. El nivel actual de ayuda es de $785 millones, escribió en un correo electrónico Ryan King, portavoz de la UC.

La subvención de la UC ya es la segunda fuente más grande de apoyo financiero para estudiantes universitarios en el sistema. El gobierno federal aportó $420 millones para becas estudiantiles el año pasado. Los programas de California, el principal de ellos Cal Grant, el cuál cubre la matrícula, aportó casi mil millones de dólares en subvenciones para estudiantes el año pasado.

Esa participación estatal crecerá una vez que se financie oficialmente la Beca para la Clase Media. Pero hay otros programas que pueden dirigir más becas a los estudiantes.

El año pasado, el gobernador Newsom vetó el proyecto de ley para sumar más de 100,000 estudiantes, incluidos estudiantes de la UC, al programa Cal Grant, aunque amplió la elegibilidad para la subvención de otras maneras. Un proyecto de ley casi idéntico se está moviendo a través de la Legislatura ahora, pero algunos legisladores que respaldaron el proyecto de ley estaban desconcertados de que la propuesta de presupuesto de mayo de Newsom no prometió fondos para el proyecto de ley que se espera que cueste más de 300 millones de dólares al año.

Un destacado legislador que ayuda a dar forma a la política de gasto en educación superior calificó esa omisión como una “ironía significativa”. El asambleísta Kevin McCarty, un demócrata de Sacramento que preside el subcomité de presupuesto sobre educación, dijo en una audiencia esta semana que aunque la oficina del gobernador hizo un pacto libre de deudas con la UC, el presupuesto del gobernador no “financia eso que necesitas obtener, una universidad libre de deudas”.

Cerca de 109,000 de los 150,000 estudiantes que se beneficiarían de la expansión de Cal Grant son estudiantes de colegios comunitarios. (Alrededor de 500,000 estudiantes en todas las instituciones ya obtienen la Beca Cal Grant). A diferencia de los estudiantes de UC y Cal State, los que asisten a los colegios comunitarios no son elegibles para la expansión planeada de la Beca para la Clase Media, aunque la obtendrían si se transfieren a una universidad pública de cuatro años.

Es por eso que Eloy Ortiz Oakley, quien es regente de la UC y canciller de los colegios comunitarios de California, considera que la aprobación del proyecto de ley de expansión de Cal Grant es la principal prioridad del sistema de colegios comunitarios. El proyecto de ley les daría a esos estudiantes al menos $1,648 al año mientras estén en un colegio comunitario y les otorgaría matrícula gratuita si se transfieren a una UC o Cal State.

“Los estudiantes que han sido los últimos en la fila durante tanto tiempo necesitan llegar al frente de la fila muy pronto”, comentó Oakley en una entrevista.

Pero más dinero para ayuda financiera es solo la mitad de la conversación, agregó. La UC también necesita averiguar cómo reducir sus costos. Eso puede significar ofrecer más cursos en línea y evitar cubrir ciertas vacantes de trabajo, entre otras soluciones.

“¿Estamos contratando en lugares donde continúa creciendo la burocracia de nuestros colegios y universidades? ¿O estamos creciendo en lugares que atienden directamente las necesidades de los estudiantes?” preguntó Oakley. 

Este artículo fue publicado originalmente por CalMatters.

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Mikhail Zinshteyn has been a higher education reporter since 2015. As a freelancer, he contributed to The Atlantic, The Hechinger Report, Inside Higher Ed and The 74. Previously, he was a reporter at EdSource...