In summary
Los doctores advierten que con un descenso del 74% en la cifra de vacunaciones contra el sarampión además de una ley que todavía no se obliga a cumplir y antecedentes de brotes que podrían haberse evitado, el coronavirus no representa el único riesgo para la salud en las escuelas.
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En los días posteriores al anuncio de la orden de quedarse en casa del gobernador Gavin Newsom el 19 de marzo, un pediatra del condado de Orange comenzó a notar una tendencia alarmante: un descenso pronunciado en el número de niños que acudían a la consulta para recibir sus vacunas habituales.
“Ha habido un descenso enorme”, afirmó el doctor Eric Ball del centro pediátrico Southern Orange County Pediatrics en Ladera Ranch. “A finales de marzo y abril, solo pasamos consulta con un 30 o 40 por ciento del número habitual de pacientes y la tasa de pacientes que no se presentaron a sus citas o cancelaron fue altísima”.
Al doctor Ball esto no le sorprendió puesto que a las personas se les había indicado que debían de quedarse en casa. Sin embargo, ha quedado claro que, a nivel nacional, los padres y sus hijos están evitando las visitas al pediatra durante la pandemia. La cifra de vacunaciones contra el sarampión y otras enfermedades ha descendido drásticamente en todo Estados Unidos.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, entre mediados de marzo, cuando se declaró la emergencia nacional, y mediados de abril, los doctores solicitaron a través de un programa federal 2.5 millones de vacunas menos en comparación con el mismo periodo en 2019.
Los CDC afirman que la cifra de vacunas infantiles contra el sarampión descendió en un 74%, pasando de un promedio de 5,000 por semana antes de mediados de marzo a 1,300 por semana el siguiente mes.
En California, la tasa de vacunaciones infantiles ha descendido en un 40% desde abril del año pasado, según indica el Departamento de Salud Pública. El número de vacunaciones disminuyó en todas las edades, pero más notablemente para los niños menores de 6 años, de acuerdo con los datos del Registro de Vacunas de California.
Los pediatras y el personal de enfermería de las escuelas consideran preocupante que el descenso en el número de niños vacunados ocurra cuando las escuelas de California se están preparando para volver a abrir las puertas ya a partir de julio. Esto podría provocar brotes de sarampión, tos ferina y de otras enfermedades infecciosas graves este año.
Las leyes que regulan las vacunas obligatorias para asistir a las escuelas de California son estrictas y exigen que todos los estudiantes de kindergarten al 12º grado tengan todas las vacunas. No se permiten exenciones por creencias personales.
Sin embargo, la ley estatal más reciente que regula las vacunas todavía no se ha implementado en su totalidad. Esta ley, promulgada el año pasado, tiene como objetivo detectar las exenciones médicas fraudulentas pero no entrará plenamente en vigencia hasta enero de 2021. Esto significa que los niños que se encuentren en comunidades en las que hay un gran número de exenciones sean aún más vulnerables en un momento en que muchos padres tienen miedo de acudir a un consultorio médico.
“Los brotes no ocurren en todo el estado”, afirmó el senador Richard Pan, demócrata de Sacramento y pediatra, artífice de esta ley y de otra ley que se aprobó en 2015 y que prohibió las exenciones basadas en creencias personales. para recibir las vacunas.
En la escuela Journey School del Condado de Orange, una escuela pública chárter en Aliso Viejo, el 33% de los estudiantes reciben exenciones médicas para que no se les administre una vacuna, de acuerdo con datos estatales. En la escuela MUSE School, una escuela privada en Calabasas, la tasa es del 50%, y en la escuela chárter Yuba River Charter en Grass Valley es del 64%, la más alta del estado, de acuerdo con un análisis elaborado por el periódico Los Angeles Times en 2019.
El senador Pan calcula que menos de un 1% de los niños podrían tener una razón médica legítima que les permitiría recibir una exención para no vacunarse.
“Estas comunidades son peligrosas,” afirmó. Asimismo, declaró que, el hecho de que menos padres estén vacunando durante la pandemia, contribuye a que aumente la posibilidad de que se produzca un brote de sarampión o de otras enfermedades en estas escuelas.
‘Clara posibilidad’ de un brote de sarampión
El doctor Arthur Reingold, un epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley considera que existe una “clara posibilidad” de que se produzca un brote en una comunidad con pocas vacunaciones. Si bien admite que la transmisión del sarampión pueda verse reducida debido a las restricciones actuales en los desplazamientos, el doctor Reingold recalca que a medida que las escuelas vayan abriendo, estas restricciones se eliminarán.
“Si alguien viaja a un área con sarampión”, afirmó “entonces tendremos una epidemia virulenta de sarampión”.
California cuenta con antecedentes de estos brotes. En abril de 2014, un brote que se originó en Disneyland infectó a 131 personas con el sarampión, lo que llevó al senador Pan y al senador Ben Allen, un demócrata de Santa Monica, a proponer que se prohibieran las exenciones por creencias personales.
En la actualidad, la tasa de vacunación contra el sarampión en California está justo por debajo del 95%, porcentaje que los expertos consideran que protege a la población de esta enfermedad.
La tos ferina también representa un peligro para los niños, declaró la doctora Yasuko Fukuda, pediatra de Pacific Pediatrics en San Francisco. De acuerdo con los CDC, los niños que se vacunan también adquieren la tos ferina (entre 10,000 y 40,000 niños se infectan cada año en los Estados Unidos). Las vacunas ayudan enormemente a reducir tanto el riesgo de adquirir la enfermedad como su gravedad.
La tos ferina es una enfermedad cíclica. Los brotes empeoran entre cada tres y cinco años. Si tenemos en cuenta que el último brote significativo de tos ferina en California ocurrió en 2014, a la doctora Fukuda le preocupa que éste podría ser un mal año para esta enfermedad puesto que un mayor número de niños no estarán vacunados.
El reporte de los CDC afirma que “es esencial que recordemos a los padres que proteger a sus hijos contra una enfermedad grave que puede prevenirse con una vacuna es de una importancia vital, aunque la pandemia del COVID-19 no haya desaparecido”.
Al igual que ocurre en la mayoría de los consultorios médicos de California, el doctor Ball afirmó que su consultorio está tomando muchas precauciones para limitar la exposición de los pacientes al coronavirus. Por ejemplo, separando a los pacientes enfermos de los que no lo están, tomando la temperatura de todos los niños y familias, y administrando vacunas en el estacionamiento de la consulta.
Shirley Hendrix, que vive en San Marcos, se había mostrado indecisa a la hora de decidir si debía llevar a sus dos hijos, de 22 meses y 8 años, al doctor para un examen de rutina durante la pandemia. A pesar de todo, decidió ir y cuando llegó pudo ver que el consultorio había tomado una serie de precauciones extremas para reducir el riesgo de contagio del coronavirus. El personal médico la recibió a ella y a su hijo en la puerta del consultorio con gel desinfectante para las manos, los mantuvieron apartados de la sala de espera y limitaron el contacto físico.
Si bien su hijo no necesitaba ninguna vacuna, explicó que tiene la intención de mantener el calendario de vacunas al día para sus dos hijos. Sin embargo, afirmó que no todos en su comunidad tienen la intención de hacer lo mismo, “sé que hay mucha gente que no vacunan a sus hijos”.
Corin Weaver, una madre que vive en San Diego, declaró que este otoño vacunará a su hijo de 5 años, que comenzará el kindergarten en septiembre, si la escuela lo exige. Sin embargo, ella está en contra de las vacunas, a pesar de que su seguridad está reconocida, porque tiene miedo de los efectos en la salud. “Si puedo esperar hasta la próxima primavera o verano, lo haré”, afirmó.
Pamela Kahn, una enfermera titulada y presidenta de la Organización de Personal de Enfermería de las Escuelas de California teme que algunas escuelas den un plazo de tiempo a los padres para que los niños se pongan al día con las vacunas, lo cual pondría a los niños en una situación de vulnerabilidad durante ese plazo de tiempo.
Hay partes fundamentales de la ley que se promulgó el año pasado que todavía no han entrado en vigor. De conformidad con la ley, todas las exenciones médicas deben presentarse al estado a partir de enero de 2021. Será entonces cuando los doctores estarán sujetos al escrutinio de los funcionarios estatales.
Hasta que llegue ese momento, la Sra. Kahn indicó que las escuelas con tasas bajas de vacunación seguirán siendo vulnerables a los brotes.
“Debemos llegar a un nivel de inmunidad de grupo”, afirmó la Sra. Kahn en referencia al porcentaje de niños que deben vacunarse para garantizar la protección ante la enfermedad. “Esto es un motivo de preocupación.”
El departamento de salud de California ha alertado que el descenso en la cifra de vacunaciones “es preocupante durante la pandemia y será más preocupante una vez se relajen las medidas de distanciamiento y se produzcan más interacciones sociales y desplazamiento o viajes que puedan propagar la enfermedad”.
El distanciamiento social no detendrá el sarampión
A pesar de lo que puedan creer algunos padres, los doctores afirman que las medidas para el distanciamiento social establecidas en las escuelas para prevenir la transmisión del coronavirus no eliminarán el riesgo de que se produzcan otros brotes de enfermedades infecciosas. Esto se debe a que otras enfermedades pueden llegar a ser aún más contagiosas que el coronavirus. Por lo general, una persona infectada por el coronavirus infecta a otras cuatro personas, afirmó el doctor James Cherry, pediatra y especialista en enfermedades infecciosas en UCLA. Sin embargo, una persona con sarampión puede infectar a casi 15 personas y según los CDC, alguien con tos ferina también puede infectar de 12 a 15 personas.
A los doctores también les preocupa la gripe puesto que los niños no tienen la obligación de vacunarse contra la gripe. El doctor Ball explicó que miles de personas son hospitalizadas cada año debido a la gripe y afirmó que una temporada mala de gripe podría desbordar a los hospitales que ya se encuentran en una situación límite por la pandemia.
Al doctor Kenneth Saul, pediatra de Rolling Oaks Pediatrics en Thousand Oaks, también le preocupan las guarderías, puesto que en estos centros no se exigen las vacunas y se juntan un gran número de niños pequeños vulnerables.
El doctor Ball es optimista y cree que la mayoría de los padres vacunarán a sus hijos antes de que comience la escuela. Asimismo, espera que los dirigentes locales y estatales sigan insistiendo en este asunto.
“Vamos a tratar de mantener a los niños separados” afirmó el doctor Ball, pero “traten de decirle a un grupo de 20 niños de cinco años que no se toquen. No van a poder evitarlo y seguirán haciéndolo”.
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