Las compañías ‘gig’ emprenden una ofensiva de gasto de último minuto después de que un tribunal decida que los conductores deben ganar como empleados y los sindicatos cuestionan las tácticas de la campaña.
Las compañías ‘gig’ emprenden una ofensiva de gasto de último minuto después de que un tribunal decida que los conductores deben ganar como empleados y los sindicatos cuestionan las tácticas de la campaña.